Más de 7.000 afectados por el conflicto armado en Colombia han encontrado una nueva oportunidad para reconstruir sus vidas a través de sus propios negocios. La reciente celebración del primer ‘Encuentro Nacional de Economía para la Vida’, organizado por la Unidad para las Víctimas en Bogotá, destacó este esfuerzo crucial al reunir diversas iniciativas empresariales lideradas por estas personas.
Durante los días 2 y 3 de diciembre, la feria de emprendimientos no solo exhibió productos, sino que se erigió como un símbolo de resistencia y autonomía económica para las comunidades que han sufrido el impacto de la guerra. Lilia Solano, directora general de la Unidad para las Víctimas, destacó que este encuentro «permitirá reforzar la independencia económica de las comunidades y las víctimas en Colombia.»
Conocimiento y Experiencia en Pro de un Futuro Mejor
Además, la jornada incluyó una pre-conferencia organizada por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), un espacio donde expertos en el tema de economía para la vida compartieron experiencias e investigaciones con los asistentes. Estos intercambios de ideas buscan enriquecer el conocimiento de las víctimas, potenciando su capacidad para sacar adelante sus emprendimientos.
Luz Mary Cantero Tombe, una artesana del pueblo Misak, expresó que «esta economía nos permite avanzar y continuar cosechando el legado de nuestros ancestros», enfatizando la conexión cultural y la resiliencia inherente que caracteriza a estos emprendedores.
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Participación de Todo el País
Representantes de todos los rincones del país, incluyendo artesanas y empresarias de regiones como Córdoba, Antioquia, Cundinamarca y Caquetá, mostraron con orgullo sus productos, y relataron los cuidados procesos de elaboración que están imbuídos de un poderoso trasfondo social.
Definiendo la Economía para la Vida
Karina Batthyány, directora ejecutiva de CLACSO, describió la economía para la vida como un modelo que «pone la vida en el centro», destacando la necesidad de crear condiciones que garanticen una existencia digna y justa. Este enfoque busca cuestionar las bases del sistema económico actual, dominado por el mercado, y aboga por un cambio hacia una economía solidaria y humanista.
En un sentido similar, Henry Mora, académico de la Universidad Nacional de Costa Rica, argumentó que «una economía para la vida se compromete a garantizar la seguridad de recursos esenciales como el agua y la energía, vitales para la supervivencia diaria.»
En una movida esperanzadora, un acuerdo firmado entre CLACSO y la Unidad para las Víctimas asegura que, para el 2025, las víctimas del conflicto armado podrán acceder a espacios académicos ofrecidos por esta organización. Esta iniciativa tiene como objetivo estratégico fortalecer su independencia económica y ayudarlos a superar la vulnerabilidad causada por las circunstancias de la guerra.