En un esfuerzo conjunto por combatir el hambre en diversas comunidades de Colombia, Prosperidad Social y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) han lanzado un proyecto que tiene como objetivo garantizar la seguridad alimentaria de 9.300 hogares rurales. Esta iniciativa está dirigida especialmente a comunidades campesinas, indígenas y afrocolombianas, muchas de las cuales enfrentan condiciones de pobreza extrema.
Gustavo Bolívar, director de Prosperidad Social, y Nils Grede, representante y director de país del PMA, han liderado la revisión de los avances de este proyecto vital. Ambos han expresado su compromiso para asegurar que las comunidades más vulnerables tengan acceso a recursos que les permitan producir alimentos para el autoconsumo.
«Estamos invirtiendo más de 50.000 millones de pesos en este convenio. La mayoría de los hogares son campesinos, indígenas y afrocolombianos. El hambre no da espera, y en Prosperidad Social estamos poniendo en marcha diversas iniciativas para que estos hogares vulnerables puedan acceder o producir alimentos para su propio consumo», afirmó Bolívar.
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Detalles del Proyecto: Unidades Productivas de Autoconsumo
La iniciativa, conocida como Unidades Productivas de Autoconsumo, es una herramienta creada para servir a la población rural, comunidades indígenas y afrocolombianas, así como a hogares en situación de pobreza y pobreza extrema. También se dirige a las víctimas del desplazamiento forzado.
«Este programa entrega insumos a las comunidades. Cada grupo se organiza y decide en qué área quieren enfocarse. Muchas comunidades han optado por la avicultura y las huertas caseras para mejorar su seguridad alimentaria», explicó Grede.
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Distribución de Recursos
A cada hogar beneficiario se le han entregado insumos valorados en aproximadamente 1.078.600 pesos. Estos insumos incluyen una variedad de semillas (hortalizas, aromáticas, cereales, frutales, leguminosas, musáceas y raíces), así como herramientas esenciales como azadones, palines y picas. Además, se les han proporcionado elementos indispensables para la siembra y el riego, tales como polisombras, tanques de almacenamiento de agua, pulverizadores, machetes, regaderas y mallas tipo gallinero.
Un componente clave del proyecto es la realización de encuentros vivenciales en los que los beneficiarios tienen la oportunidad de intercambiar conocimientos y aprender técnicas agrícolas más eficientes. Estos encuentros no solo fortalecen el sentido de comunidad, sino que también permiten compartir y preservar costumbres alimenticias tradicionales. Estos talleres se llevan a cabo con el objetivo de garantizar que los hogares puedan tener una fuente de alimentos sostenible durante todo el año.
Impacto en Diversos Departamentos
La implementación de este proyecto en el marco del Acuerdo 687 de 2023 ha influido positivamente en la vida de multitud de hogares en cinco departamentos colombianos: Antioquia, Magdalena, Cauca, Bolívar y Chocó. Estos esfuerzos tienen como fin último mejorar la calidad de vida de las personas, asegurando que nadie se quede atrás en la lucha contra el hambre.
- Antioquia ha sido uno de los departamentos más activos en la adopción de las Unidades Productivas de Autoconsumo. La región, conocida por su pujanza y capacidad agrícola, ha sido un ejemplo de cómo estas iniciativas pueden transformar vidas.
- En Magdalena, la iniciativa ha recibido una acogida favorable, especialmente entre las comunidades indígenas que han logrado integrar técnicas modernas con sus saberes ancestrales. Este balance entre lo nuevo y lo tradicional ha permitido que las técnicas de cultivo sean más sostenibles y contribuyan al bienestar de las familias.
- El Cauca, una región con una rica diversidad cultural y agrícola, ha visto un fortalecimiento notable de las redes comunitarias. Estas redes no solo buscan compartir recursos, sino también proporcionar un apoyo mutuo en términos de conocimientos y experiencias.
- El departamento de Bolívar, marcado por el desplazamiento forzoso y la pobreza extrema, ha mostrado una impresionante capacidad de resiliencia. A través del proyecto, muchas familias han encontrado la oportunidad de reconstruir sus vidas y desarrollar habilidades que les permitirán ser autosuficientes en el futuro.
- En Chocó, un departamento conocido por sus retos logísticos y sociales, las comunidades han demostrado un ingenio notable en la implementación de las Unidades Productivas de Autoconsumo. Los sistemas de cultivo vertical y el uso de invernaderos han sido algunas de las estrategias adoptadas para maximizar el rendimiento en espacios limitados.
La meta a largo plazo de estas iniciativas es no solo garantizar la seguridad alimentaria, sino también mejorar la economía local y fortalecer la cohesión social. A través del acceso a recursos y la capacitación en técnicas agrícolas, se espera que las comunidades rurales no solo sobrevivan, sino que prosperen. Este proyecto pone en evidencia la importancia de la seguridad alimentaria como base para el desarrollo integral de las comunidades.