El papel de Prosperidad Social bajo la dirección de Gustavo Bolívar se ha intensificado para resguardar a uno de los colectivos más vulnerables en Colombia: las niñas. En un esfuerzo por brindarles mejores oportunidades y proteger sus derechos, la entidad ha desplegado programas de transferencias monetarias como Colombia Sin Hambre y Valoración del Cuidado de Renta Ciudadana, llegando así a más de 1.870.000 niñas y adolescentes de hogares que enfrentan la vulnerabilidad económica en el país.
Estos programas no solo brindan apoyo económico, sino que también están enfocados en abrir puertas a un futuro mejor. Particularmente, se destaca la atención a 89.327 niñas que pertenecen a 40 pueblos indígenas en 723 municipios, ofreciendo una respuesta inclusiva a las necesidades específicas de estas comunidades.
En vísperas del Día Internacional de la Niña, que se conmemora el 11 de octubre, Bolívar reiteró el compromiso de la entidad con la promoción de los derechos de estas jóvenes. Este año, la conmemoración lleva por lema “La visión de futuro de las niñas”, dada la premura y esperanza que despierta el potencial de las voces jóvenes y su influencia en trazar un camino hacia adelante.
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Otra iniciativa emblemática de Prosperidad Social es el programa Renta Joven
, diseñado para proporcionar tanto apoyo financiero como herramientas infranqueables para que los jóvenes puedan seguir sus estudios. En este contexto, 14.110 niñas y adolescentes se benefician de dicho programa, garantizándoles la tranquilidad de cubrir sus gastos diarios mientras se enfocan en su formación.
Esta iniciativa es vital para allanar el camino hacia la igualdad en el acceso a la educación superior, un elemento clave para potenciar el desarrollo personal de las jóvenes y su eventual aporte al país.
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Bajo el liderazgo del presidente Gustavo Petro, el gobierno ha marcado objetivos claros, tales como asegurar los derechos fundamentales en términos de salud, educación y prevención de la violencia para niñas y adolescentes. También se busca la eliminación del trabajo infantil y la defensa de los derechos sexuales y reproductivos.
Con estas acciones, se espera derrocar barreras que obstaculizan la realización plena de estos derechos, impulsando la inclusión y preparando a las niñas para trayectorias educativas exitosas, al tiempo que se refuerzan las redes de apoyo comunitario.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) subraya la importancia de invertir en las niñas, considerándolo no solo un imperativo de derechos, sino como un efecto multiplicador positivo para familias, comunidades y la sociedad en general. Destaca la necesidad de contar con aliados que presten atención y responda a las necesidades de las niñas, invirtiendo en soluciones comprobadas que aceleren el avance hacia un futuro donde ellas puedan alcanzar su máximo potencial.