La relación entre las víctimas de conflictos armados y el Estado se encuentra en proceso de restauración en La Guajira, gracias a una serie de esfuerzos liderados por la Unidad para las Víctimas. Esta entidad se enfoca en la reparación integral de las comunidades afectadas por la violencia, reforzando paralelamente el compromiso del Estado con las víctimas.
Lanzamiento de ‘Munay’, una estrategia con enfoque psicosocial
El municipio de La Jagua del Pilar, en La Guajira, ha sido el escenario de una jornada significativa para la implementación de ‘Munay’, una estrategia centrada en el enfoque psicosocial y en una acción sin daño. Este esfuerzo colaborativo ha sido liderado por la Unidad para las Víctimas y ha contado con la participación activa de la Mesa Municipal de Víctimas y funcionarios de la Secretaría de Gobierno del municipio.
Reconstrucción de la confianza a través de la transversalización
El objetivo principal de esta transversalización es mejorar la atención y el apoyo proporcionado a las víctimas. Se busca no solo atender sus necesidades inmediatas, sino también contribuir a la reconstrucción de lazos de confianza entre las víctimas y el Estado, elemento fundamental para superar las consecuencias del conflicto armado.
“La transversalización es un proceso en el cual el enfoque psicosocial se convierte en un componente esencial en la planificación, implementación, control y evaluación de políticas, programas y estrategias en todas las entidades del Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas (SNARIV)”, explica Mario Ríos, director de la territorial Cesar – La Guajira de la Unidad para las Víctimas.
‘Cambiamos para servir’, un compromiso con las víctimas
La Unidad para las Víctimas trabaja bajo el lema «Cambiamos para servir», un compromiso que busca implementar políticas y acciones que contribuyan a superar las desigualdades y proporcionar una reparación transformadora. El objetivo es garantizar que quienes han padecido el conflicto armado puedan acceder efectivamente a sus derechos.
Este enfoque integral busca dar un paso más allá de la simple reparación material o financiera, al abordar los aspectos psicosociales y emocionales del trauma del conflicto armado. Este enfoque transformador marca un hito importante en la búsqueda de la paz y la reconciliación en regiones como La Guajira, que han sido duramente afectadas por la violencia.